MI CUENTO ES CONTAR

    María Amparo Hernández de Sánchez ¿Oyes? El canto de los grillos, El croar de las ranas, que dan la bienvenida A la noche Y saludan   a luciérnagas, cocuyos Y todo ser noctívago. Mira La danza de los verdes guaduales, La del coposo árbol, del arbusto O de la débil hierba Que tapiza tu suelo. Escucha Es el rumor   del agua Que salta entre las rocas Alimenta arroyuelos, las quebradas Y ríos. ¿Ves a las aves? Aprende a ser libre   como ellas, No encadenes su vuelo Ni silencies su canto. ¿Acaso no te extasías Con la policromía de   los bosques, Llanuras y montañas? ¿Escuchas? Es el susurro de la selva Cuando la abraza el viento. Mira hacia arriba Como las nubes danzan Con el rugir del trueno Y el refulgente rayo Di ¿Cuántas veces Has dejado tus huellas En las playas del mar o de   algún río? Di ¿Cuántas veces has bebido Y acariciado tu piel entre sus aguas? Pregunta                           S

                                                                     Yolanda Romero Martínez OÍ LLORAR A UNA MUJER I Escuché una mujer que lloraba. Entre cortados gemidos, oí su lamento de gran amargura. No sentí pesar ni dolor por su dolor II  Pensé: está recogiendo lo que en su vida sembró. Culpas, remordimientos son la causa de su llanto. III No sentí deseos de consolarla. Entre más la ahogaban sus lágrimas menos compasión me despertaba. IV Sufrimiento, dolor, soledad. Todo esto con su dureza construyó. Fue su incapacidad de amar con sacrificio y abnegación. V ¿Seré cruel, seré mala? o sencillamente valiente para confesar que a quien oí llorar era la mujer que me llevó en su vientre.