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LUIS CARLOS TEJADA CANO, EL CRONISTA DE LO COTIDIANO


LUIS CARLOS TEJADA CANO, EL CRONISTA DE LO COTIDIANO

(Foto publicada en la Revista Literaria Gotas de Tinta)

Luis Tejada es considerado como el padre de la crónica en Colombia; en Pereira dio sus primeros pasos hacia el periodismo con algunos escritos para un periódico de literatura llamado Glóbulo Rojo e hizo parte del núcleo socialista llamado La Golconda; posteriormente escribió para El Espectador, tanto en Bogotá como en Medellín; en Barranquilla lo haría para Rigoletto y para La Nación; fue fundador al lado de José Vicente Combariza del diario El Sol, y escribiría también para la revista Cromos y El Gráfico. Es llamado “el príncipe de los cronistas”, “el pequeño filosofo” o “el filósofo de lo cotidiano”. Hizo parte del grupo “Los Arquilókidas”; entre los cuales se destacan León de Greiff, José Camacho Carreño, Silvio Villegas y Rafael Maya; este grupo en el que participó Tejada, imprimió al ámbito colombiano aires nuevos en la literatura, la política, el periodismo y la ciencia. Se han publicado varios libros que recopilan sus crónicas, entre ellos “Gotas de Tinta” en 1977 y “Mesa de Redacción” en 1989.

Según Gilberto Loaiza Cano, la idea “inquietud contemporánea” acuñada por Carlos Mariátegui corresponde a la época vivida por Luis Tejada, quien estaba inmerso en el síntoma de una “gran crisis de conciencia”, de desesperada oscilación entre actitudes decadentes y actitudes afirmativas, entre el desordenado escape del intelectual bohemio ante las exigencias de una sobriedad puritana y la angustiosa búsqueda de un mito movilizador con sus respectivos ídolos.(1) Cuando estuvo en Pereira, se quejaba de la excesiva quietud, quizás porque esta ciudad en aquella época no sufría enfrentamientos marcados entre conservadores y liberales, era una ciudad muy tranquila; en uno de sus escritos realizados en Pereira, aparecen estos versos: “…/No puede estar en paz. Paz y quietud / Son un pecado de lesa juventud”; por otro lado, en una de las crónicas “La libertad de prensa” del libro “Gotas de Tinta” se queja de la tolerancia de los políticos o la poca agresividad de los artículos periodísticos: “… bajo una presión feroz, práctica, efectiva, el oficio de periodista volvería a hacerse pintoresco y deliciosamente accidentado; porque esta vida así es desesperante, cuando ya ni siquiera lo fusilan a uno, por más que grite”.(2)

En su crónica “La acción social católica” hace una crítica álgida a la posición de la iglesia, a pesar de la iniciativa de dicha institución por el mejoramiento de las condiciones de vida de los obreros: “… el catolicismo que fue en un tiempo la bandera de los desharrapados y de los oprimidos, es hoy el aliado natural de la propiedad y de la tiranía”. Esta crítica obedece a la unión que había entre la iglesia y el partido conservador, partido político que tuvo una hegemonía de casi cincuenta años, desde el segundo período presidencial de Rafael Núñez en 1884 hasta 1930.

Luis Carlos Tejada Cano no ha sido considerado como un exponente de las literaturas de vanguardia, como sí lo han sido autores que florecieron junto a él en la década de los años veinte como Luis Vidales y León de Greiff; pero sí ha sido muy importante el estilo crítico y la amplia temática de sus crónicas, algunas de las cuales están dedicadas a la crítica política, a una singular y original valoración de los objetos, dándoles vida propia y a la lucha por las clases menos favorecidas. Sin embargo en Colombia no podemos hablar propiamente de movimientos vanguardistas, sino como dicen Hubert Pöpel y Miguel Gomes en su libro sobre las vanguardias: “…una serie de manifestaciones esporádicas que rubricaron personalidades aisladas y por lo tanto carece de fecha de nacimiento”.(3)

Tejada pudo ser un político prominente por su interés hacia los problemas sociales, en especial de las clases menos favorecidas y por sus ideas políticas; pero la enfermedad y posterior muerte truncaron sus deseos de instaurar el ideal político en el que se había empeñado. Fue uno de los fundadores del Comunismo en Colombia, al lado del ex soldado ruso Silvestre Savitsky, Moisés Prieto, Gabriel Turbay, Diego Mejía, Luis Vidales, José Mar, Alejandro Vallejo y Alberto Lleras Camargo. La lucha de Tejada se encaminó hacia la participación de los obreros en la distribución de la riqueza y en la expedición de leyes de seguridad social para los mismos y convocó desde El Espectador a un congreso obrero en 1923, pero dicho congreso celebrado en 1924 fue un fracaso en el intento de desvincular al movimiento obrero de los partidos políticos tradicionales, que era la idea que Tejada tenía para fundar y sentar las bases de un partido político con la clase obrera.(4)

El pequeño filósofo siempre crítico en sus opiniones hacia los partidos, manifestó su descontento hacia las ideas de los mismos, algunos de sus señalamientos apuntan al partido conservador como dictatorial y a la agrupación socialista como tímida, contemporizadora y de absoluta pobreza idearia(5); y en general, señala que la clase política había perdido la iniciativa y que se necesitaba de un cambio en las políticas de gobierno pues el individualismo del Estado era impotente e incapaz de un ordenamiento económico y por tal motivo Tejada justificaba la traída, por parte del gobierno, de técnicos financieros norteamericanos; como aparece en “Las reformas sociales”, crónica escrita en 1923.

Tejada expresa su desacuerdo con los abusos cometidos a la clase proletaria en varias de sus crónicas; por ejemplo en “La dictadura económica” “...También el proletariado nacional es víctima de una sistemática tiranía de clase, … El estado, que debía ser una entidad conciliadora, imparcial y equitativa, se ha convertido totalmente en el instrumento de la tiranía económica, ejercida por la clase más pequeña sobre la clase más numerosa”.(6) No solamente se expresó sobre los abusos con la clase obrera sino también con las mujeres trabajadoras quienes además de pertenecer a dicha clase, eran explotadas con horarios de trabajo extensos y remuneración muy baja en comparación con los hombres, como lo expresa en su crónica titulada “El salario de la mujer”.

En las crónicas de Tejada hay un pensamiento muy profundo elaborado con la sencillez del lenguaje cotidiano, con el lenguaje que pretendía llegar a los menos letrados, con el lenguaje desprovisto de la parafernalia clásica acostumbrada hasta finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Sus reflexiones son tan actuales como los problemas que hoy nos aquejan; para ejemplificar lo anterior dejo a continuación un extracto de una de sus últimas crónicas “La inútil caridad” escrita en 1924.

“El hombre que da limosna, es también el peor de los hombres, el menos útil a la sociedad y a la humanidad y el más esencialmente insensible a los dolores del mundo… Desde el momento en que se atreve a dar limosna, es porque ese hombre caritativo acepta explícitamente la existencia de los mendigos como un hecho irremediable, y se conforma con un estado de cosas en que hay, de un lado, excesiva riqueza, y del otro, excesiva miseria; y no sólo encuentra bueno sino que coopera, en una forma minúscula pero efectiva, a que ese estado de cosas se estabilice y perdure…”

En Tejada encontramos el humanista, el poeta, el crítico, el político, el filósofo, el humorista, el transgresor, el observador; el hombre que con una vida muy corta aprovechada al máximo y provisto de un pensamiento reflexivo y autónomo nos dejó un legado muy importante, desde su mirada joven e inquieta, sobre la problemática social en la Colombia de los años veinte, a través de lo que Mariluz Vallejo Mejía, describe como: “…prosa ligera, profunda y chispeante, capaz de captar lo efímero, lo perdurable, lo mezquino y lo entrañable en la naturaleza de los seres y las cosas”.(7)

Notas:
1.Loaiza Cano, Gilberto. (1995) Luis Tejada y la lucha por una nueva cultura. p.20
2.Mejía Arias, Hernando. (1977) Luis Tejada Gotas de tinta. p.90,91
3.Pöpel, Hubert y Gomes Miguel. (2008) Las vanguardias literarias en Bolivia, Colombia, Ecuador; Perú y Venezuela. P.197
4.Loaiza C. Gilberto. (1995) Luis Tejada y la lucha por una cultura. p.168 a 190
5.Tejada Luis . (1989) Mesa de redacción. P.89
6.Mejía Arias, Hernando. (1977) Luis Tejada Gotas de tinta. P.208 a210
7.Vallejo M. Mariluz. (1998) El espíritu travieso de la crónica. p. 6



BIBLIOGRAFÍA
-Loaiza Cano, Gilberto. (1995) Luis Tejada y la lucha por una nueva cultura. Historia/Tercer premio Colcultura 1994. Bogotá. Tercer mundo editores
-Mejía Arias, Hernando. (1977) “Luis Tejada Gotas de tintas”. Bogotá. Instituto Colombiano de Cultura. Editorial Andes
-Orrego A. Joh n B. (1993) Luis Tejada Cano y el inicio de la modernidad literaria en Colombia. Medellín. Editado por Fernando Salazar Cardona para el Concejo de Medellín
-Pöper Hubert y Gomes Miguel. (2008) Las vanguardias literarias en Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Madrid. Iberoamericana – Vervuert
-Tejada Luis. (1989) Mesa de redacción. Recopilación, selección, prólogo y cronología: Miguel Escobar Calle. Medellín. Edit. Universidad de Antioquia
-Vallejo Mejía Mariluz. (1998) “El espíritu travieso de la crónica”. Magazín Dominical. Bogotá. El Espectador

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