PLAN PISTOLA, SE INTENSIFICA LA PESADILLA PARA LOS POLICÍAS Y MILITARES EN COLOMBIA
Artículo publicado en el periódico digital de Mallorca, planetalatinobaleares.com (7/5/2025)
Foto tomada de: elcolombiano.com
Estos son algunos de los militares emboscados por las
disidencias de las F.A.R.C. en el departamento del Guaviare, el mismo que fue
escenario de la famosa operación Jaque en la que fueron rescatados 15
secuestrados, entre los cuales estaban 3 americanos y la política Ingrid
Betancourt. Desafortunadamente, ya han muerto 27 militares y policías tras el
anuncio del plan pistola declarado por el Clan del Golfo en abril de 2025, pero
esta acción no es exclusiva de este grupo ilegal, sino que también es ejecutada
por las guerrillas. https://youtu.be/38FYM7TdUZQ?si=XlTShRRBklwirrlx
El Clan del golfo o Gaitanistas es un grupo criminal
dedicado al narcotráfico y a la extorsión que surgió de residuales del
movimiento paramilitar en Colombia con Vicente Castaño (asesinado 2007) y
después liderado por Daniel Rendón, alias Don Mario (capturado en 2009),
sucesivamente han sido reemplazados los jefes. Estos delincuentes escoltan los
cargamentos de sustancias psicoactivas, pero también se dedican a economías
ilegales como la extracción del oro en lugares no autorizados.
Fuentes para conocer más en los siguientes links:
https://insightcrime.org/es/noticias-crimen-organizado-colombia/urabenos-perfil/
https://cnnespanol.cnn.com/2022/05/10/que-es-clan-del-golfo-historia-lideres-narcos-colombia-orix
El presidente Gustavo Petro en su afán por implementar la
llamada “Paz total” ha dejado sin inteligencia militar (tecnología y autonomía
a las fuerzas militares), ha cercenado el espíritu combativo y de honor de las
mismas, ya que desde que comenzó su Gobierno les quitó facultades, despidió
oficiales expertos en inteligencia militar y acabó con el presupuesto destinado
a la tecnología necesaria. En estos momentos la policía y el ejército en mayor
medida están prácticamente a ciegas en las persecuciones que se realizan, sobre
todo en la región del Catatumbo, Norte de Santander, frontera con Venezuela en
donde operan la guerrilla del E.L.N. y el frente 33 de las disidencias de las
F.A.R.C., que están en disputa por el territorio, lo que ha ocasionado el
desplazamiento de más de 80.000 personas desde finales de enero de este año, irónicamente
algunos de los desplazados eran cultivadores de la hoja de coca al servicio del
E.L.N.
El pueblo colombiano tiene una memoria corta y, por lo
general, la juventud no investiga o indaga en la historia. Lastimosamente, la información
es fruto de la inmediatez, las redes sociales que son las más usadas por los
jóvenes se mueven en un continuo presente, algunas generaciones han perdido el
conocimiento de la historia porque la clase en cuestión fue eliminada del
currículo escolar durante 23 años, pero hoy hay intentos de reescribir la
historia al gusto de propósitos gobiernistas.
En los últimos cien años de historia de Colombia siempre
aparece el conflicto armado que inicialmente nació por razones políticas,
incluyendo la llamada época de la violencia (1946-1966). A comienzos de los
años 70, surgió el Movimiento 19 de abril (M-19) a raíz de las irregularidades
en las elecciones de entonces, fue de las menos peligrosas, las personas
entendían que esta guerrilla realizaba acciones “románticas”, algo así como lo
que pretendía el personaje literario de Robin Hood, porque robaba a empresas y le
daba a los pobres. Sus integrantes habían robado la espada de Bolívar (un
símbolo que utiliza Petro), pero después fueron más audaces e hicieron la toma
de la Embajada de República Dominicana (1980) y realizaron la toma del Palacio
de Justicia (1985) con la muerte trágica de 94 personas entre magistrados,
empleados y guerrilleros, finalmente, se desmovilizaron e hicieron un acuerdo
de paz (marzo de 1990) con el Gobierno de Virgilio Barco.
Posteriormente, con la entrada del narcotráfico, las
guerrillas que estaban vigentes pudieron incorporar cifras astronómicas para
sostener su dominación. En el Gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010) fueron
diezmados ambos grupos; E.L.N. y F.A.R.C., ya que su prioridad fue la seguridad
de los colombianos, pero infortunadamente se dieron los casos de los falsos
positivos (muertes de jóvenes que no eran guerrilleros). Durante el Gobierno de
Juan Manuel Santos (2010-2018), también hubo atentados contra policías y
militares, aunque se realizó un acuerdo de paz con las F.A.R.C. sin una unidad
de la guerrilla ya que, posteriormente, retomaron sus acciones con las
disidencias, ahora están en el congreso y en el senado por cuenta de dicho
acuerdo. En el Gobierno de Iván Duque (2018-2022) las fuerzas militares
realizaron un buen desempeño, pero se criticó la poca gestión en el
cumplimiento de los acuerdos de paz con la guerrilla. Gustavo Petro desde
agosto de 2022 entró con todos los recursos legislativos para quitar las
funciones a los militares y cumplir a raja tabla su deseo de “Paz total”, pero
ha sacrificado la seguridad de los colombianos, ha premiado a los manifestantes
del estallido social ocurrido entre 2019 y 2021 que provocaron el caos y el
asesinato de varios policías, dándoles dinero y convirtiéndolos en “gestores de
paz”. https://youtu.be/fljBVSqPoZc?si=23WylkdECwtgLPzm
No han sido pocos los intentos por acabar la violencia en
Colombia, durante décadas varios Gobiernos han procurado establecer diálogos
para hacer la paz con el E.L.N., sin embargo, este grupo siempre defrauda,
muestra el poco interés en desmovilizarse, rompe el cese al fuego, se burla del
esfuerzo realizado por los Gobiernos de turno con sus acciones y toma cada vez
más fuerza, es así que ha provocado el desplazamiento antes mencionado en el
Catatumbo en su lucha con las disidencias de las F.A.R.C. para tener el control
absoluto en esta ruta que está, al parecer, muy ligada a Venezuela y su
dictadura.
Mientras tanto, los colombianos sufren el aumento del
fenómeno del secuestro, de los desplazamientos forzados, de las mutilaciones de
los grupos familiares, del aumento del narcotráfico, de la deshonra de las
fuerzas militares, de las desapariciones de personas, de los reclutamientos de
niños para las filas guerrilleras y de tantos otros problemas que se
desencadenan a través del pobre manejo de la seguridad.
¿Cuántas muertes puede soportar una sociedad?, ¿Hasta qué
punto podemos ser resilientes?
¿Cómo se pierde la sensibilidad después de tanta violencia?,
¿Cuándo se vuelve paisaje la muerte?
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