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ENTREVISTA A SYLVIANE LASCAR MESSAL


Sylviane Lascar Messal, docente y escritora francesa
Entevista: Luz Elena Vega Rojas

Sylviane Lascar Messal, nació en París (1950). Tiene como primera influencia la educación de su padre, maestro de escuela, quien perteneció a una línea de pensamiento acorde con los principios de Montessori. Después de la educación secundaria, estudió cuatro años en la Sorbone y dos años en la escuela normal francesa. Se interesó por el psicoanálisis, el periodismo y la docencia, esta última ha ocupado gran parte de su vida.
Su primer libro publicado se titula ¿Pourquoi revenir?, tiene dos novelas policíacas en proceso de publicación tituladas ¿Qui pouvairen vouloir a Markus Munchmountain? y Meurtre a Kensington y, está escribiendo una tercera novela policíaca que guarda relación con las anteriores por tratar temas psiquiátricos.

E. ¿Qué escritores le han dejado huella y por qué?
Los primeros escritores fueron Gilbert Cesbron, escritor y periodista francés, conocido en los años sesenta que hablaba de las dificultades de los adolescentes, después están Bernanos y Maxence Van der Meersch y, por último, Dostoievski, como uno de los autores que construyó mi adolescencia.
Me encanta un autor actual que se llama Christian Bobin un autor de creencias religiosas cristianas y de la fe católica que tiene muchos valores como compartir. Luego están escritoras como la surafricana Doris Lessing y Nancy Houston quien vuelve al psicoanálisis con una obra titulada Marcas de nacimiento

E. ¿Qué recursos literarios utiliza más y, particularmente, en la novela policíaca que está escribiendo?
S. Mucho me viene espontáneamente y la poesía ya que la veo en cada extremidad de los dedos, la poesía me cayó una vez cuando era niña, y veo todo poético.  Me encanta, por ejemplo le consonanse, es decir, un eco de palabras, un eco de sonidos en un mismo párrafo con frases no tan cortas pero tampoco muy largas. Es difícil hablar de lo que escribo, mejor sería para el que lee que lo ve. Bueno yo sé que cuando escribo para las novelas policíacas de fin del siglo XIX, tengo que estar muy bien documentada; por eso voy a la universidad, por eso sigo clases por ejemplo de arqueología. La primera novela policíaca gira alrededor del personaje de Evans que descubrió la civilisatión minoénne. Tuve que documentarme bastante antes de hablar de las lenguas perdidas, de lo que aportó Zarathoustra, de las religiones monoteístas que no fueron las primeras como lo hemos aprendido en clase, como nos lo enseñaron porque hubo antes el Zoroastrisme.
Eso no es un recurso literario pero es un recurso fundamental para escribir y, bueno, después apunto muchas cosas y también me nutro con todo lo que veo. Todo lo que veo me interesa, no es malsana curiosidad; pero una persona forzosamente me interesa, por ejemplo, su timidez o su silencio y eso me va a inspirar para un buen personaje.

E. Un buen escritor es un observador nato

S. Si, exactamente, yo me nutro de todo, incluso en el metro puedo tomar apuntes, en el aeropuerto porque he visto una escena o bien lo que me ha dicho uno de mis alumnos. No sé si son recursos literarios pero es como escribo. Me apasionan las personas, ya te había comentado que el psicoanálisis es mi pasión, cada persona es un laberinto e intento ver detrás de lo que me dice o justamente su silencio es algo que va a alimentar un personaje.

E. ¿Qué le dejó la experiencia de escribir el primer libro?
S. Un alivio fenomenal, porque este primer libro lo escribí después de la muerte de mi marido. Cada día cuando volvía del instituto me ponía delante de la computadora a escribir y dejaba las cosas venir, así. Y mi analista, en Francia, ha leído mi libro y me ha dicho: "cómo se le ocurre a usted tantas ideas?" Es increíble, pero yo pienso que es espontáneo como si se hubieran abierto puertas en los primeros años de la muerte de mi marido. Tenía que escribir, era sobrevivir.

E. ¿Los aspectos psicológicos o psiquiátricos de los personajes en sus obras cómo juegan con la dinámica de la trama?
S. Estoy escribiendo en efecto sobre personas que tienen un problema psiquiátrico; en la primera novela policíaca hay una frustración de una mujer que desencadena en ella el asesinato de tres personas y, en la segunda, también es una mujer y tengo que documentarme realmente con lo que han escrito los psicoanalistas porque esta mujer escuchando a un niño se impregna, se empapa del dolor del joven y el dolor del joven se vuelve el suyo, y pues es ella la que va a “resolver el problema”  matando a la persona responsable. Ella no lo ha vivido, lo vive con una forma de procuración, es decir, se alimenta de lo que le dice el joven que está en el Bedlam que fue el hospital psiquiátrico más conocido de Europa a partir del siglo XVII, XVIII, pero fue como una prisión para los locos porque se trataba de locos, no se trataba de pacientes, los consideraban como animales. Hay que saber que en Londres, en el Bedlam, el domingo la gente iba y pagaba como si fuera al zoo para ver animales. Me apasiona el tema de la locura porque durante mucho tiempo la gente fue apartada, abandonada, desahuciada. Estas personas no tenían ningún derecho, los consideraban como animales, les pegaban y los tratamientos eran como si tuvieran la peste, pues los agrupaban y los aislaban. Aconsejo ver los grabados de Hogarth, grabador inglés del siglo XVIII, quien pintó, grabó y dibujó escenas muy realistas que conciernen al comportamiento del hombre frente a otro hombre.

E. ¿Qué debe contar la literatura? 
S. Es difícil contestar, porque unos consideran que la literatura tiene un compromiso político como lo hizo el poeta Aragon en Francia, como Nicolás Guillén en América latina, como Miguel Hernández en España; otros van a decir que la literatura no debe meterse en lo político y siguen los principios de la Escuela del Parnasse, en busca de la belleza, a diferencia de Zola y Víctor Hugo. Pero hay que definir lo que es belleza. Yo no sé, de verdad yo no sé. Yo mezclo los diferentes tipos, es decir, que tengo en la computadora un panfleto contra el mundo de las finanzas, tengo cuentos para niños, estoy escribiendo novelas policíacas. No estoy en el mismo registro o en la misma línea todo el tiempo, no puedo.  A veces, me gusta escribir poéticamente, otras veces escribo en función de lo que veo en la actualidad o en la información porque me subleva esta realidad, bueno pues yo hago como si trenzara los diferentes hilos, no me quedo en la misma forma de escribir nunca.

E. ¿Cómo influye el editor en la obra de un escritor?
S. La primera vez que hablé de uno de mis libros con un editor le dije que tenía miedo porque era una fábula y no sabía si en ese momento las fábulas iban a gustar al público, y él me dijo: "claro que sí porque tenemos varios públicos y su obra corresponde a un tipo de personas". En ningún momento influyó para que cambiara algunas partes. Es posible que para algunos autores el editor imponga algunas reglas, pero como soy neófita en este mundo, pues nadie me ha impuesto nada, excepto que cuando mandé mi panfleto contra la sociedad del dinero y de las apariencias,  me devolvieron el manuscrito con unas líneas muy amargas.

E. Los franceses tienen un pensamiento muy libre. ¿En qué consiste esta forma de ver y vivir el mundo y qué hace falta en Colombia para que podamos avanzar, para tratar de borrar las líneas de pensamiento que nos separan tanto?
S. Primero no sé si todos los franceses tienen un pensamiento libre, a veces tengo dudas. Pero es verdad que si comparamos con Colombia es evidente que tenemos una experiencia de independencia, de libertad. ¿Qué deberían hacer los colombianos?   Es difícil también contestar esta pregunta. Primero, creo que para cambiar las cosas una situación económica y social justa y una situación apaciguada son absolutamente necesarias. La libertad para mí pasa por la enseñanza, pues la primera cosa que diría es sin ninguna duda que si en las universidades hay que pagar, si en los mejores colegios hay que pagar, si por un libro se paga un dineral, tendremos que esperar mucho tiempo para obtener la libertad en tu país o en cualquier país. Es que hay que exigir una enseñanza gratuita para todos, es el objetivo número uno y no disociar esta enseñanza de la justicia social.

E. ¿Qué autores son tenidos en cuenta para la divulgación y el análisis de la literatura latinoamericana en Francia?
S. Si hablamos de Colombia, creo que en Francia el autor colombiano más conocido es Gabriel García Márquez, después hay autores cubanos como como Reinaldo Arenas y Alejo Carpentier, también Borges y Cortázar de Argentina. No sé si en Francia hay muchos autores colombianos conocidos, más bien se estudian autores universales como García Márquez. En los libros de español los niños van a descubrir páginas fáciles de leer, por ejemplo Isabel Allende con sus novelas. 

E. ¿En la actualidad en Francia, cuál dirías es la tendencia literaria?
S. Bueno creo que hay muchas novelas que vuelven a la introspección. También muchas mujeres escriben pues la tendencia sería bastante feminista, creo. Y lo que me extraña un poco es que al mismo tiempo el mundo poético no se abandona, es decir, que muchos autores vuelven sobre escritos poéticos también. Lo que habíamos pensado que esto había desaparecido no, esto es para los lectores adultos. Para los niños hay un sinnúmero de libros que aparecen también con un mundo poético, mágico, el mundo de la magia es importante. Y ahora lo que se nota también es que las novelas policíacas pegan mucho más a la realidad económica y social, mucho más que antes.
 
E. ¿Qué obstáculos has encontrado en las publicaciones?, ¿Cómo funcionan las editoriales en Francia?
S. El tema es un poco difícil, las dificultades desde mi propio caso es que siempre estoy en desfase, en francés se diría decalage, es decir, que no correspondo nunca a los criterios de moda. Por ejemplo, te estaba hablando de la novela policíaca que pega a la realidad económica y social. Terminé la segunda novela policíaca ambientada en el contexto del siglo XIX, más exactamente al fin de este siglo, me interesaba ese momento porque se acumularon todos los inventos y, en particular, el descubrimiento del psicoanálisis con los trabajos de Charcot, Pinel, Freud. Pues yo estoy en este ámbito. No sé si eso va a gustar a muchos, ya que actualmente están, por ejemplo en la trama,  investigadores y detectives que son personas borrachas que han perdido la mujer, ya que siempre están trabajando o investigando. El problema de fondo será el paro, pues yo estoy siempre en desfase y para los cuentos de niños es exactamente lo mismo, no correspondo a lo que se espera, es para mí muy difícil publicar.  Y me doy cuenta también de que para ser publicado hay que corresponder a unos criterios de moda, de tramas no complicadas que llegan con una  lectura fácil a un lector que tiene poco tiempo. Pero al mismo tiempo, hay autores como Pennac, Houellebecq, Juan Claudio Ruffin y Delphine de Vigan que tienen mucho éxito porque son autores auténticos.

E. ¿Cómo considera que debería ser la relación docente-estudiante desde tu experiencia?
S. Esa es una pregunta a la cual puedo contestar sin ninguna dificultad. Entre el profesor y alumno si no hay una relación de amor, tierno, cariñoso y una confianza, yo no puedo. No podría enseñar porque estoy segura de que el que está en frente de mí va a recibir muy poco. Enseñar es dejar una huella y la huella en tu cerebro se hace por intermedio del amor. Cuando se tiene un grupo de 30 alumnos poco a poco van a ver que tú los respetas si les hablas con suavidad y también si lo haces como si fueras un médico, el médico hace lo mismo, conoce toda la familia y se preocupa por el enfermo. Eso es como los chinos hacían en la medicina oriental, tienes que tomar en cuenta todo lo que pasa alrededor, pues yo tomo en cuenta todo lo que pasa alrededor de mis alumnos y yo siempre he sabido todo, no de 30 sobre 30 estudiantes pero si de 25 sobre 30 y, en los consejos de clase me solicitaban que hablara sobre ellos si era necesario, ya que los conocía bien. Sin embargo, la relación con mis alumnos siempre fue de confianza y la puerta de mi casa siempre estuvo abierta y continúa abierta aunque ellos tengan 30 años.

E. Usted estuvo realizando un taller con los niños que asisten a la Fundación Enfance 2/32, ¿Cómo fue esa experiencia con ellos?
S. Con los adolescentes, fenomenal. Estábamos estudiando una novela de Dulce Chacón, La voz dormida; es un libro que me encantó porque se trata de historia sobre la guerra civil española y, al mismo tiempo, fue escrito con una poesía que se impone, es impactante. Dulce Chacón escribía muy bien, ha muerto hace poco. Los chicos descubrieron lo que era España y la Guerra civil y yo descubrí que los estudiantes de bachillerato aunque tienen herencia de la lengua española no sabían qué era la Guerra civil española, me sorprendió mucho. Ahora colaboro en una fundación que tiene pocos recursos financieros “Amarte Germinando” en una comuna, el Danubio. La experiencia es inolvidable: a todos estos “ángeles de las alas rotas” les robaron una historia colectiva serena, les robaron una madre o una hermana, un entorno socio-económico normal, una parte inmensa de su niñez y a pesar de todo, les sobra la imaginación… Las marionetas que les traje de Francia les permitieron expresarse y cada uno tenía algo que decir y contar, cada uno con sueños como cualquier niño respetado.

Eso es el objetivo: respetar la niñez, ya será un progreso.

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